Con el final de las vacaciones, muchas personas experimentan lo que se conoce como síndrome postvacacional. Esta situación, tanto en adultos como en niños, puede generar cansancio, apatía o irritabilidad al retomar la rutina. Aunque no se considera una enfermedad, sí afecta al bienestar físico y emocional.
En este artículo de Salud Noticias te contamos qué es, por qué ocurre y cómo gestionarlo de forma saludable en casa y en el trabajo o la escuela.
¿Qué es el síndrome postvacacional?
El síndrome postvacacional es un trastorno adaptativo leve que aparece cuando se interrumpe un periodo de descanso y ocio, y se regresa a las obligaciones laborales o escolares.
Sus principales síntomas son:
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Falta de concentración.
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Somnolencia o dificultad para dormir.
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Irritabilidad y cambios de humor.
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Sensación de ansiedad o apatía.
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Dolores de cabeza o musculares asociados al estrés.
En la mayoría de los casos, estos síntomas desaparecen en una o dos semanas, cuando la persona se adapta de nuevo a su rutina.
Cómo afecta a los adultos
En los adultos, el síndrome postvacacional se relaciona con la carga laboral y el estrés acumulado. Los expertos recomiendan:
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Planificar el regreso: reincorporarse de forma gradual, si es posible, para evitar jornadas demasiado intensas desde el primer día.
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Mantener hábitos saludables: una dieta equilibrada, ejercicio físico moderado y horarios regulares de sueño ayudan a la adaptación.
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Organizar tareas: priorizar actividades y no intentar recuperar todo de golpe.
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Incluir momentos de ocio: reservar tiempo para actividades placenteras, aunque sea dentro de la rutina diaria.
Puedes leer más sobre cómo manejar el estrés laboral en esta guía de la Organización Mundial de la Salud.
Cómo afecta a los niños
Los niños y adolescentes también sufren cambios emocionales tras las vacaciones, especialmente con el inicio del curso escolar. En su caso, es importante:
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Recuperar horarios de sueño al menos una semana antes de volver al colegio.
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Preparar el material escolar juntos, para que participen en la vuelta a la rutina.
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Hablar de lo positivo: reencontrarse con amigos, aprender cosas nuevas o retomar actividades deportivas.
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Fomentar actividades al aire libre para liberar energía y reducir la ansiedad.
Si los síntomas de ansiedad o rechazo escolar se mantienen más de dos semanas, es recomendable consultar con un pediatra o psicólogo infantil.
Consejos generales para toda la familia
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Evitar cambios bruscos: la adaptación gradual es clave.
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Priorizar un ambiente familiar relajado, con comunicación y apoyo mutuo.
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Repartir tareas del hogar para que no recaigan siempre en la misma persona.
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Planificar escapadas de fin de semana o actividades culturales que rompan la rutina.
Conclusión
El síndrome postvacacional es una reacción común al volver a la rutina, tanto en adultos como en niños. Con hábitos saludables, organización y apoyo emocional, puede superarse rápidamente. Lo más importante es entender que se trata de un proceso de adaptación natural y que, con paciencia, la energía y la motivación regresan.